Y a la tercera... no fue la vencida.
Como decíamos en nuestra crónica anterior el equipo venía mereciendo una victoria muy necesitada para salir de los últimos puestos de cola, pero en esta jornada décimo séptima no pudo concretarse ante el primero de la tabla. Cierto es que se dejó buena imagen, que se jugó bien, que se plantó cara al rival, que se pensó en equipo, que no se bajó los brazos hasta casi el final, pero también es muy cierto que desde el 17 de febrero nuestro conjunto sólo muestra resultados negativos, y la suerte no cambió en un encuentro en el que el equipo visitante fue superior y mereció la victoria.
En los inicios del primer acto ambos equipos midieron sus fuerzas en un toma y daca continuo, tocando rápido el balón, llegando al área sin ocasiones claras. El equipo plantaba cara al visitante y el partido parecía bastante controlado hasta que mediada la primera parte y por medio de dos zarpazos inapelables, que nada pudo hacer nuestro meta Diego, se adelantaron en el marcador los de San Saturnino A.
Con el 0-2, lejos de agachar la cabeza y tirar la toalla, al equipo le empezó a picar su amor propio y encoraginado hilvanó varias jugadas con cierto peligro para el inspirado meta visitante, pero el equipo terminó la primera parte sin hacer el suficiente daño y marcar un golito que permitiera creer un poco más en sus posibilidades.
Comenzó la segunda parte con un gol de fortuna de San Saturnino A, el 0-3, y aunque el partido parecía perdido el bloque comenzó a creer que todavía había tiempo para la hazaña, y se abrió más el juego por las bandas, nos movíamos por todos los lados buscando los huecos, cuajando los mejores momentos del partido.
Los de San Saturnino se habían conformado con el 0-3 y llegó nuestro merecido 1-3. Estaban tan confiados que en este tramo del encuentro se encomendaron a su portero que nos sacó de quicio con tres intervenciones prodigiosas, en tres claras ocasiones de nuestro equipo, que hubieran cambiado evidentemente el signo del partido. El 2-3 estaba al caer, o eso parecía, pero el equipo estaba ya roto, se jugaba casi con más corazón que cabeza, se erraban los últimos pases y se descuidaba una y otra vez en defensa. Así se produjo el 1-4, en un certero contragolpe y ya definitivo para nuestros intereses de remontada.
A pocos minutos para el final, Chemi tras dos disparos al arco rival se encargó de maquillar el resultado con un 2-4. Ya sin tiempo para más el San Saturnino marcó el 2-5 en una jugada afortunada en que el balón pegó en el poste y el rechace cayó en pies saturninos para fulminar a nuestro equipo cursillista.
Si se juega como ahora lo hacemos, con muchas ganas, fuerza y mentalidad, llegará la ansiada victoria, porque con esta actitud todo llega. Y ahora es nuestro momento, más que nunca, porque el equipo tiene que aprovechar sus dos próximas jornadas consecutivas en casa y empezar a encadenar victorias.
Autor: Alberto Díaz Gorris
